21 mayo 2006

Las publicaciones didácticas

Desde hace muchos años venimos recibiendo la noticia de la aparición de numerosos trabajos calificados como didácticos, es decir, relativos a la enseñanza.
Estas publicaciones, que han aparecido primero en libros de partituras, luego en vídeos y hoy ya en CDs y DVDs, constituyen -o deberían constituir- una vía de aprendizaje para todos los que se acercan al flamenco en cualquier parte del mundo, ya que en la propia España son tantas las alternativas de crecimiento que se pueden tomar de manera directa, que sospecho la comercialización de estos productos habrá tenido mucho mejor rentabilidad fuera de la península que al interior de ella.
Ahora bien, en el caso de la guitarra flamenca no todas estas publicaciones son, en estricto rigor, de corte didáctico. No puede serlo un vídeo en que una persona dice enseñar, por ejemplo un estilo flamenco, pero tal enseñanza se reduce a tocar frente a la cámara una falseta a velocidad normal y en seguida hacer lo mismo pero a doble lentitud y ya está, pasamos a otro estilo. No hubo una explicación clara y satisfactoria de las características de ese estilo, de dónde vino, cuáles son sus parámetros armónicos, cuál es su célula rítmica básica y posibles variantes, qué quiere expresar, quienes han sido sus creadores (en el caso de que este dato exista de manera concreta), quienes han sido sus grandes exponentes, cómo se tocaba eso hace 40 años y cómo se toca hoy, y cuales han sido sus derivaciones o sus variaciones con el paso del tiempo. Entonces se genera una situación bastante parecida a la que se da con norme frecuencia cuando uno le pregunta todo esto a un cantaor, porque lo habitual es que en lugar de darnos una descripción real de determinado estilo, si le pedimos que nos explique qué es la soleá (atención: la pregunta es “qué” y no “cómo”, ni “cuál”) la respuesta sea “es esa que dice déjate de aconsejarme/ y dame ayuda si puedes/ que lo demás es matarme” y además la canta, pero quedamos exactamente en el mismo sitio que antes de hacer la pregunta, es decir, seguimos sin saber de la soleá absolutamente nada, excepto la letrita que nos acaban de cantar.
En el caso de las partituras, evidentemente pueden ser muy interesantes para efectos de explorar y descubrir cosas en relación a una pieza que nos había llamado la atención. Si la transcripción es buena y hay un nivel de lectura musical adecuado a las exigencias de la misma, se podrá llegar, con más o menos estudio, a tocar determinada obra con todas sus luces y sombras, pero eso no transforma a nadie en tocaor cabal. La partitura es un papel de dos dimensiones: ancho y alto, y la música flamenca tiene, a mi entender, cerca de diez dimensiones que no pueden ponerse en el papel, y además es un código gráfico, pero no una explicación de nada.
Que ha habido publicaciones que sí tienen un buen contenido didáctico, es verdad y merecen nuestro respeto y nuestro aplauso, pero también es verdad que han sido una minoría. La mayoría, en cambio, quiere vender el producto, cuando no la imagen del “profesor” y resulta evidente que quienes idearon, financiaron y produjeron ese producto, nunca llegaron a pensar y menos a evaluar la verdadera carga “didáctica” del mismo, si es que en realidad la idea hubiera sido proporcionar enseñanza, de lo cual, para ser sincero, abrigo ciertas dudas.
No conozco TODAS las publicaciones didácticas que existen y por lo tanto es más que posible que me esté pasando por alto algunas de mucho valor y si es así –pero si de verdad es así, que me estoy saltando publicaciones realmente aportativas- pido disculpas al o los afectados. Pero sí conozco una muy buena cantidad de lo que hay especialmente en materia de vídeos y DVDs y estoy en condiciones de decir que los trabajos que ha realizado a este respecto mi amigo Oscar Herrero, notable guitarrista flamenco conocido por la inmensa mayoría de ustedes, son los más verdaderamente didácticos que me ha tocado ver.
El trabajo de Oscar partió por enseñar a tomar la guitarra (coger, dirán en otros lugares) y a poner las manos correctamente, a hacer una buena calistenia y a hacer funcionar los dedos. Ha abordado no muchos estilos, pero a los que ha tratado en sus métodos, les ha dedicado libros y vídeos enteros, esto es, muchas horas de trabajo destinadas a que los demás entiendan todo lo que no se ha explicado de manera realmente didáctica nunca antes. Luego nos sorprendió con un trabajo acerca del acompañamiento al cante por soleá, en el que no solo puedes aprender las diversas variantes de la soleá y las formas de acompañamiento, sino que además en determinado momento él desaparece de la escena, deja allí al grupo de personas que colaboran en el trabajo, incluido el cantaor Paco del Pozo, y te ofrece la posibilidad de que tú mismo acompañes a Paco y los demás te den las palmas y percusiones que Oscar Herrero tenía consigo cinco minutos atrás. Ese vídeo trae adjunto un libro en el que puedes ir siguiendo la clase y entendiendo con total claridad lo que se está explicando. Eso sí es algo de verdad DIDÁCTICO. Está claro que con saberte la clase de memoria y acompañar a Paco del Pozo en esa soleá que está en pantalla con total fluidez, no estás listo para ir a ofrecerte para tocarle a Morente, pero sí has aprendido lo que de ninguna manera habrías aprendido en otro vídeo didáctico, donde te mostraron una falseta de soleá a dos velocidades y es todo lo que te ofrecieron.
Más tarde Oscar publicó un trabajo de las mismas características pero ahora sobre las alegrías y así, una tras otra sus publicaciones han ido corrigiendo vacíos que la estrategia de mercado no tenía exactamente interés en llenar. Y dudo mucho que lo tenga ahora: Oscar Herrero fundó su propio sello discográfico y su propia editorial y es desde su torre de donde va sacando y lanzando estos trabajos. Con la editorial ha publicado libros realmente estupendos, que puedes ver en su página web y cuyos títulos y autores no voy a mencionar aquí porque este artículo no es ni pretende ser una propaganda para mi amigo Oscar y sus productos, sino una reflexión destinada a ponerle ojo al tema en sí mismo y si he tomado el ejemplo de Oscar Herrero es porque, sinceramente, considero que si de didáctica del flamenco se trata, él lleva mucha ventaja gracias a su esfuerzo, a su seriedad y su responsabilidad a la hora de denominar como didáctico a un producto.
Conclusión: si vas a comprar material didáctico, primero cerciórate de sus contenidos y si es preciso hazte asesorar por alguien que lleve en esto más tiempo que tú. De ese modo, lo que adquieras te va a servir y no te arrepentirás, a la semana, de haber gastado lo que gastaste, que todos sabemos no habrá sido poco.

Carlos Ledermann