19 octubre 2006

El curioso mundo de los "enteraos"

En el mundo del flamenco, como en todos los ámbitos, hay unos seres que necesitan con urgencia casi medicinal captar la atención de los demás, y no porque esos demás estén pasando por alto que estos personajes son estupendos cantaores, bailaores o guitarristas, ya que lo normal es que no lo sean, sino precisamente por eso, porque están muy lejos de destacar en cualquiera de las tres expresiones del flamenco.

Estas personas, que en algunos casos tienen gran afición, son sumamente adictas a contar historias que oyeron a terceros pero de cuya veracidad no tienen la menor constancia; a echar a correr rumores que de pronto no tienen más origen que su propia imaginación; a dictar cátedra sobre temas sobre los que no saben absolutamente nada; a contar anécdotas de las que jamás participaron y agrandar las dimensiones de ciertos hechos de los que hubieran soñado con ser protagonistas. No es raro, incluso, que tampoco puedan soportar su anonimato y entonces inventan cosas como haber tocado con Don Paco, cuando en realidad lo que hicieron fue sacarse una foto con él y nada más. Otros llegan todavía más lejos y se autoproclaman alumnos del genio de Algeciras, situación de la que luego no tienen cómo demostrar resultados. Lo más llamativo es que en ellos se verifica una cierta incapacidad de bajar a tierra y no se detienen a pensar que si dicen haber tocado con Paco o haber sido alumnos suyos, al menos debería haber una fotografía o algún documento de prensa que diera respaldo a tan alucinadas afirmaciones. Pero ojo, que cuando no dicen haber tocado con él, afirman conocerlo de años y que les une con él íntima amistad, pero les tiras un poco la lengua y empiezan a decir una cantidad de tonterías increíble e inventan mitos y leyendas que cualquiera que lo conozca un poquito sabe que no son efectivas, pero el que no, se las compra y “queda muy impresionado” y, encima, va luego por ahí repitiendo los relatos del “amigo íntimo” para que los demás sepan que él tiene un amigo que es amigo de Paco, o sea que de flamenco no le vamos a contar nada nuevo...

Otra característica inconfundible en estas personas es una singular falta de criterio y de sentido común que les lleva a “meter la cuchara” en conversaciones de los que saben y han hecho más que ellos, pues parecen creer que participar en dichas conversaciones los pone en el mismo nivel de sus interlocutores. Otras veces se permiten emitir opiniones tajantes que lo único que consiguen es dejar al descubierto una ignorancia luminosa: ellos necesitan sentirse parte de un sistema, de un mundo todavía un poco hermético y para sentir esa sensación son capaces de cualquier cosa, incluyendo la alternativa de entablar incluso discusiones con los flamencos que visitan sus países, previa botella y algún porro para poder decir luego que “se emborracharon con ……………” queriendo con ello publicitar una amistad que jamás fue tal, pero que aparentemente los pone en la condición de “compinches” de los grandes, que nada más dejar el hotel en que estaban para irse del país ya se olvidaron de la botella, el porro, y con quién se la tomaron y con quién se lo fumaron.
Casi siempre, estas personas son las que entregan o revelan noticias impactantes –muy rara vez verdaderas- pues ello implica que los demás les pregunten, inquieran mayores datos y más entretelones, y es ahí donde la imaginación se les desborda y entonces se despachan todo tipo de explicaciones, ilustraciones y una prolífica lista de detalles de los hechos. Alguna vez he hecho el experimento de “confiarle” a alguno de estos ciudadanos una noticia de carácter confidencial recién inventada, sin otro propósito que el de saber en qué irá la cosa cuando ese “secretillo” vuelva a mis oídos desde otro informante y ustedes no pueden siquiera imaginarse cómo ha cambiado el asunto cuando al cabo de un tiempo vuelvo a escucharlo, corregido, aumentado, perfeccionado y adecuadamente barnizado con elementos francamente insólitos. Solo les diré que Bat Man, Super Man, el Hombre-Araña y la Mujer Maravilla son papeles con mocos al lado de algunos flamencos.

Por lo general, los “enteraos” son los primeros en decir qué le faltó al concierto y qué le faltó al disco, en circunstancias de que jamás se han subido a un escenario y muchísimo menos han grabado un disco y por lo tanto no saben qué es eso, lo que cuesta y lo difícil que es, pero se sienten con derecho a criticar y a aconsejar a diestra y siniestra, porque ellos sí se las saben todas. La necesidad que sienten de ver sus nombres en alguna parte, los suele llevar a foros de Internet, donde con frecuencia meten la pata hasta el muslo, pero se la montan de conocedores de esto y aquello, en lugar de ocupar ese tiempo en estudiar, en aprender y crecer de verdad en lo que se supone que les interesa, porque cuidado, que en esos foros hay mucha gente que mete la pata, pero también hay gente que de verdad sabe de qué está hablando y la diferencia se nota de inmediato.

Otra característica de los “enteraos” es que arman toda una fachada sobre la base de los discos que han escuchado, que casi siempre no pasan de tres ó cuatro. De libros, ni hablar, y de espectáculos vistos, solo un par de los que han llegado a su país y con eso ya se sienten preparados para hablar de flamenco con quien sea e incluso discutir si es el caso. A la salida de un espectáculo, nunca vas a escuchar a uno de estos personajes hablar de la forma en que tal cantó por seguiriya, la manera en que tal bailó por soleá o el tipo de acompañamiento instrumental que había. Mucho menos alguno de ellos te va a decir que esa letra que esta noche escuchó por un estilo ya se la había a otro artista antes pero por otro y porqué le pareció mejor esta o aquella versión, no te van a poder establecer comparaciones porque no han visto nada más, no van a poder comentar la manera en que tal artista enfocó tal cante, tal toque o tal baile en comparación con otro que había visto hacerlo de manera diferente y, en cambio, te van a hacer comentarios como lo rápido que zapateaba fulanito, lo bonito del vestido de sutanita y lo bien que picaba merenganito, porque no pueden darse cuenta de nada más que eso, lo superficial, lo cosmético, lo que en realidad no hacía un espectáculo bueno, mediocre o malo.

Es un mundo curioso, sin duda alguna, y no solo es aledaño al flamenco sino a todos los estamentos del ser humano. Y a veces dicen cosas cuerdas también, hay que reconocerlo, pero esas veces suelen ser muy escasas. Y lo notable es que algunos llegan a transformarse en personalidades respetadas, cuya opinión se toma muy en cuenta. E incluso, por favor toma nota de esto, hasta llegan algunos a dar clases de flamenco, aunque no te lo puedas creer, y para ilustrarte esto con un ejemplo, te transcribo el relato de una fuente cercana que asistía a la clase de música flamenca en una universidad de una ciudad muy importante de Andalucía:
Alumno:
-¿Qué diferencia hay entre la soleá y las alegrías?
Profesor (guitarrista profesional y musicólogo titulado) que tras pensarlo un rato, responde:
-Prácticamente ninguna.

¿Qué...? ¿que tú tampoco lo sabes? Oye...¿no serás uno de ellos...?

Carlos Ledermann

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