20 agosto 2006

¿Quieres dedicarte a esto? 1ª Parte

Me ha tocado muchas veces, en tantos años dedicado al flamenco tocando y enseñando, escuchar a jóvenes estudiantes de guitarra o de baile, decir que esto es su vida y a esto quier[Image]en dedicarse. El proyecto es hacerse profesionales, hacer giras de conciertos, grabar discos y recorrer el mundo con el estuche de la guitarra a la espalda (antes había que decir en la mano). En más de una ocasión quien me ha contado que no sabe si dedicarse a esto o seguir la carrera universitaria que estaba cursando paralelamente con los estudio de guitarra había superado holgadamente la mitad de la duración media de una muy buena carrera y no he olvidado nunca que uno de ellos estaba en cuarto año de medicina. Es verdad que esta situación siempre –o casi siempre- la plantean los más jóvenes, los que aún no han terminado el colegio y ven en el flamenco una alternativa de vida tan válida como estudiar agronomía o mecánica automotriz. Y lo es de hecho, pero siempre que concurra una larga serie de situaciones que no son fáciles de generar y que los jóvenes habitualmente ignoran por completo. Esto es normal: si ves jugar a Roger Federer, crees que jugar tenis es así de sencillo y es cosa de comprar una buena raqueta y estas listo para empezar a mirar maletas en las tiendas, para ver cuál te convendrá más cuando empieces a viajar por el circuito ATP. Si ves tocar el piano a Chick Corea, te parece que es solo cuestión de tener el piano en casa y ponerse a tocar porque si él lo hace ¿porqué tú no? Y si ves a Vicente Amigo tocar “Callejón de la Luna” con la naturalidad pasmosa con que él lo hace, te parece que tú también lo puedes hacer. Ese es el riesgo de no dar una lectura adecuada a la aparente facilidad con que los GRANDES de cualquier especialidad hacen sus cosas: hecho por ellos, todo parece fácil. Pero echemos una breve mirada a la cruda realidad: lo primero que tiene que suceder para que tú, estudiante de guitarra flamenca, te transformes primero en un artista de primer nivel nacional es que estudies tanto, que tu manera de tocar sea no solo impecable, sino también asombrosa. Solo de ese modo puedes aspirar a ser diferente y a sobresalir de la media. Tu manera de estudiar las lecciones que te den tiene que ser absolutamente detallista, sin perdonarte a ti mismo el menor detalle y asumiendo como normales exclusivamente esos errores que ya no eres físicamente capaz de corregir.



Lo segundo que tiene que ocurrir, es que aún cuando te des cuenta de que eres mejor que la media, asumas esa situación como resultado de un buen trabajo y no le abras la puerta a la arrogancia ni un miserable centímetro.


Lo tercero, que cuando tengas que dar un examen, o cuando tengas que tocar delante de terceros, sean estos parientes o desconocidos, los nervios no te traicionen y malogren tu perfomance llenándola de errores y hasta tengas que parar o repetir pasajes.


Lo cuarto, que conforme vayas superando etapas seas capaz de darte cuenta de que no sabes nada y todo está por aprender. Los “enteraos” que creen saberlo todo y hasta se creen en condiciones de alternar de tú a tú con los que están por sobre ellos, son lejos los peores.


Lo quinto que tiene que suceder, es que adquieras un nivel suficientemente notable como para que tu profesor te elija para tocar en unos cuantos lugares, una muestra de alumnos, una graduación de tu colegio, un encuentro de arte joven o eventos similares. Ganarte la confianza y el respeto de tu profesor tiene que ser tu primer gran logro. De ahí en adelante, cuando termines los estudios regulares, tendrás que enfrentar una larga serie de realidades que hasta ese momento desconoces por completo y por lo mismo crees que estás en camino de transformarte en un profesional, legítimamente lleno de proyectos e ilusiones, pero descolgado de ciertos vericuetos que hay que conocer y recorrer con éxito para recién empezar una carrera artística con medianas proyecciones. ¿Quieres y te sientes en condiciones de grabar un disco? Bien, aquí surgen algunas preguntas como por ejemplo:


¿Qué vas a grabar?


¿Qué has compuesto tú como para tener una propuesta personal interesante?


¿Conoces el medio discográfico de tu país y cómo funciona?


¿Qué te hace pensar que a un sello discográfico le ha de interesar invertir dinero en alguien a quien nadie conoce y que pretende grabar una música que sigue siendo gusto de un grupo muy reducido de personas?


¿No crees que además ese sello preferiría a un español para grabar un disco de guitarra flamenca?


¿Porqué habrían de creer en el sello que tú, que no lo eres, puedes hacer música flamenca que se pueda vender para recuperar lo invertido en producir tu disco?


¿Sabes lo que cuesta monetariamente la cantidad de horas de estudio de grabación que vas a necesitar para grabar tu disco?


¿Quién te va a diseñar la portada?


¿Cuántas copias pretendes hacer?


¿Sabes cuánto vale esa cantidad de copias?


¿Tu papá está en condiciones de financiar eso?


En realidad ¿quiere él pagar eso?


¿Cómo vas a hacer la distribución de tu disco?


¿Cómo vas a hacer la promoción de tu disco?


¿Sabes cuánto cuesta eso, cómo se hace y dónde se hace?


Prosigamos. También quieres dar conciertos. Lo más probable es que quieras tocar en los mismos escenarios en que has visto tocar a los que llevan más tiempo que tú, porque como además piensas que tocas mejor que ellos ¿porqué no te van a abrir las puertas de esos escenarios? Perfecto: lo primero que vas a tener que hacer es convencer a la o las personas encargadas de programación de esos escenarios, de que tú tienes los méritos para estar allí y eso no va a ser nada sencillo, porque lo primero que te van a preguntar es quién eres tú, dónde has tocado antes y cuál es tu trayectoria previa, porque algo sí hay que debo advertirte: nadie aparece de la nada y se sube a un escenario importante simplemente porque piensa que lo puede hacer. Los escenarios importantes lo son por las personas que han pasado por él, no porque sean bonitos y tengan bonita iluminación. En otras palabras, mientras más notables sean los artistas que han pasado por un determinado escenario, más difícil va a ser que lo haga alguien que no está a la altura de esos predecesores. Hay casos, claro, en que el poder económico de los padres les permite arrendar un teatro para que un joven toque, pero esa es en sí misma una situación anormal que no debe llevarlo a cometer el error de creer que tocó allí porque es un fenómeno: su padre pagó para que le dejaran tocar allí, pero la verdad es que nadie de esa institución lo llamó para invitarle a tocar o para contratarlo, o sea que, en estricto rigor, a ese joven no lo buscaron.


Vuelvo a ti, que estás leyendo este artículo. Además de todo lo anterior, los encargados de programación van a querer leer recortes de prensa en que aparezcas tú, por una razón muy sencilla: si no tienes recortes de prensa, es porque no has salido en la prensa y si no has salido en la prensa, lo más probable es que seas un chico simpático y emprendedor que toca bien la guitarra, pero en concreto y para efectos de contratos para temporadas de conciertos, sigues no siendo nadie. Sé que esto te puede parecer un poco sanguinario, pero no lo estoy haciendo con mala intención, sino con el propósito de que frente a la duda vital que supone decidir entre dedicarse a esto o no hacerlo, al menos te hagas una idea de todo lo que hay que saber y pensar antes de tomar tan trascendental decisión.


En otro momento prosigo.






Carlos Ledermann